ABSCESO RETROBULBAR EN UN PERRO
Este interesante caso llega a la consulta con signos clínicos de dolor agudo en la zona craneal derecha. El propietario refiere dolor de aparición reciente, intenso, que se agudiza al manipular la zona facial derecha o lateral del cuello. También hace mención a una agudización del dolor con vocalización al intentar abrir la boca para comer.
Se comprueba rápidamente el estado general del animal y la primera exploración no parece relacionada con un problema neurológico urgente (hernia discal cervical, luxación vertebral, etc) debido al estado propioceptivo y de reflejos del paciente. El rozamiento o la simple intención de palpar la zona produce intenso dolor en el animal.
El primer signo clínico que llama la atención sin tocar el paciente es la asimetría de ambos globos oculares, la hiperemia conjuntival del ojo derecho, miosis, estrabismo divergente y unilateral y exoftalmo incipiente pero evidente a simple vista. La diferencia de PIO entre ambos globos oculares es evidente.
El estado de la pupila (miosis) no se relaciona directamente con un glaucoma, y el exoftalmo despierta la sospecha de una masa retrobulbar.
Diagnóstico: absceso retrobulbar
Ante la sospecha de absceso retrobulbar se procede a la sedación del paciente con el fin de poder explorar el ojo y la cavidad oral en forma exhaustiva. Se realiza radiografía del cráneo y exploración con detalle de la dentición maxilar, no encontrando relación alguna con el estado general del globo ocular. Por detrás del último molar superior derecho se aprecia una tumefacción de color más intenso debido a la congestión, lo que aumenta la sospecha de un proceso inflamatorio en la zona orbitaria.
Se realiza una punción (aguja 18 G) para comprobar la presencia de contenido, extrayendo abundante pus de la zona, completando la extracción con varias punciones más.
Confirmado el diagnóstico se instaura un tratamiento antibiótico bactericida (amoxicilina – clavulánico) BID durante 7 días, y tratamiento antiinflamatorio y analgésico en base a meloxicam y tramadol.
La respuesta es favorable a las 24 horas de iniciado el tratamiento. Desaparecen la mayoría de los signos clínicos (dolor, estrabismo, exoftalmos), el animal se alimenta con normalidad (comida blanda), aunque aparece una pequeña complicación: una úlcera corneal epitelial que se trata en forma rutinaria.
En otros casos, sumado a los signos clínicos mencionados puede aparecer quemosis en el ojo afectado.


Puedes ver otro caso siguiendo este enlace.
BIBLIOGRAFÍA SUGERIDA
Fundamentos de oftalmología veterinaria. Slatter. Tercera edición. Intermédica. 2004
Atlas de oftalmología clínica del perro y del gato. Javier Esteban Martín. Servet. 2007.
Fundamentos de oftalmología veterinaria. Kirk N. Gelatt. Masson. 2003
Hallazgos tomográficos y tratamiento de un absceso retrobulbar asociado a una sialoadenitis cigomática en un perro. (PDF) Clínica Veterinaria de Pequeños Animales. AVEPA. 2016
Otra forma de punción. Técnica. cirugiaveterinaria.unizar.es