HIPEREMIA CONJUNTIVAL
Dilatación (congestión) de los vasos sanguíneos de la conjuntiva otorgando al ojo de un aspecto característico denominado genéricamente ‘ojo rojo‘.
Se debe distinguir la hiperemia conjuntival de la congestión escleral o epiescleral. Los vasos sanguíneos ramificados de la conjuntiva pueden observarse con facilidad, y son sensibles a la aplicación de fenilefrina.
La congestión de vasos más profundos, normalmente debe alertarnos sobre la presencia de enfermedad intraocular, situación que debe llevar la exploración oftalmológica a un protocolo que se inicia en la clínica general (test fluoresceína, test de fenilefrina, test de Schirmer, reflejo pupilar, medición de PIO) y con estos datos se debe remitir al especialista para una exploración oftalmológica que incluya el fondo del ojo, ecografía ocular, ángulo iridocorneal (ángulo de drenaje), actividad Retina, etc.
La conjuntiva es la membrana mucosa transparente que recubre los párpados por su cara interna (conjuntiva palpebral) y la superficie del globo ocular por su cara externa (conjuntiva bulbar), así como la superficie del tercer párpado.

