PICAJE EN GUACAMAYO
Plumofagia en psitácidas
La automutilación en aves es motivo de consulta muy habitual en la clínica veterinaria especializada de aves, sobre todo en psitácidas. La definición de automutilación es muy agresiva, ya que la conducta suele limitarse exclusivamente a las plumas, y aunque poco profesional, lo más indicado sería hablar de “picaje”, “plumofagia” ó “arrancamiento compulsivo de plumas”. Se pueden dar dos tipos de picaje, el que consta de plumofagia propiamente dicha y el picaje en el que el animal no se come sus plumas.

Se pueden postular varias causas posibles y normalmente se producen numerosas causas simultáneas, entre las que debemos valorar como muy probables: el déficit sensorial (aburrimiento) relacionado con jaulas pequeñas y carentes de elementos lúdicos, el estrés ambiental relacionado con ruidos, problemas de iluminación o suciedad de la jaula, la frustración sexual y el cese del estímulo social cuando la psitácida vive en soledad y por último los problemas de piel y nutricionales del ejemplar.
Sin duda, la mayoría de estos problemas responden siempre a la falta de información del propietario que acaba desembocando en un mal manejo. Existe falta de información acerca de las características propias de la especie, de sus pautas de alimentación, de las horas de descanso y sobre todo, en la mayoría de los casos, de la anulación de todas las pautas de conducta instintivas de este tipo de animales. No debemos menospreciar la inteligencia y la complejidad social de una psitácida.

El protocolo diagnóstico es arduo, debemos informar correctamente al propietario para que no se desanime ante la multitud de pruebas y el posible ‘origen incierto’ del problema. Se deben confirmar o descartar en primer lugar todas las posibles causas orgánicas: parasitosis externas por ácaros e internas por giardia, hongos, alergias, enfermedad hepática, desequilibrio nutricional, neoplasia , aerosaculitis bacteriana o hipotiroidismo para lo que realizaremos exploración general y específica de la disposición de las lesiones ( la ausencia de plumas sólo donde el animal se llega con el pico es claramente un síntoma de picaje psicógeno) analítica completa, radiografía, raspado cutáneo y pruebas específicas laboratoriales en caso de sospecha de enfermedad vírica como el poliomavirus o circovirus. Simultáneamente se realizará una anamnesis muy detallada, se inspeccionará atentamente la jaula y si es posible el entorno donde vive el ave (personas, animales, ruidos,…).


Lo que desemboca en que la terapia ante la plumofagia no vaya nunca dirigida tan sólo a la enfermedad existente y demostrable, si no a una corrección de todo el entorno y el manejo del ave. Por tanto, el tratamiento del picaje al igual que su etiología es también multifactorial:
– Educación del propietario para una corrección del manejo aumentando los estímulos sensitivos mediante elementos lúdicos, pautas de interacción , entrenamiento positivo,cambios del lugar de la jaula, rutinas de manejo, proveer de pautas de búsqueda de comida.
– Estudio detallado y corrección de la dieta, de las horas de luz y de la jaula si fuera necesario.
– Terapia farmacológica. Más controvertida ya que no hay consenso en cuanto al uso de fármacos ni se conoce realmente su efectividad por falta de estudios. Se utiliza en casos muy graves de picaje psicógeno y se combina con un collar isabelino. Se describe el uso de clomipramina y haloperidol.
