DIAGNÓSTICO DE LA MÉDULA ÓSEA EN ANIMALES DE COMPAÑÍA

¿Por qué debo pensar en realizar un aspirado de la médula ósea? ¿Qué información me puede aportar? ¿Cuándo debo realizarla?

Tener claras estas cuestiones agiliza mucho seguir un plan de diagnóstico adecuado y al mismo tiempo con el resultado obtenido del estudio medular, podemos tener la clave no solo del proceso en cuestión sino de la evolución que se va a producir posteriormente. Este es un valor añadido que no se obtiene con otras pruebas diagnósticas y de gran importancia para adelantarnos a los posibles tratamientos.

La médula ósea es el principal órgano hematopoyético del organismo donde se generan las diferentes líneas celulares a partir de una célula madre pluripotencial. Por tanto, de ella dependen la población eritroide y nuestro sistema inmune, innato y adaptativo.

Con estos simples conceptos es fácil valorar su esencial importancia e implicación en el adecuado funcionamiento de la homeostasis del organismo: transporte de oxígeno y nutrientes, y defensa frente agentes invasores, enfermedades autoinmunes y neoplásicos, además de ser un reservorio de hierro almacenado en los macrófagos y principal zona de depósito de reserva células plasmáticas.

Fig 1. La imagen procede de un aspirado de médula ósea normal de acceso costal en un perro. La población hematopoyética representada incluye diferentes estadios de maduración perteneciente a las líneas mieloide y eritroide, detallándose de forma numerada a continuación:
En rojo línea mieloide (1-5) En amarillo línea eritroide (1-3)
1.-Mielocito 1.-Rubricito
2.-Metamielocito 2.-Metarrubricito fase inicial
3.-Neutrófilo en banda 3.-Metarubricito
4.- Neutrófilo adulto
5.-Metamielocito eosinófilo

Como regla general, el estudio de la médula ósea en el perro y el gato, debe siempre ir acompañado por un estudio hematológico que incluya el recuento de las diferentes poblaciones eritroide y leucocitaria y los índices eritrocitarios.

Es un error buscar información únicamente de la médula ósea sin haber realizado un estudio previo del hemograma ya que la información obtenida quedará sesgada e incompleta. Por tanto, la primera indicación para estudiar la médula ósea proviene directamente de alteraciones o anormalidades en la sangre, que es el lugar de donde procede la población circulante.

También podemos realizar su estudio después de haber detectado adenopatías en nódulos linfoides o alteraciones en pruebas serológicas o bioquímicas, y ante la sospecha de protozoos u otro tipo de agentes infecciosos que pueden detectarse directamente en médula ósea y siempre con estudios complementarios.

Fig 2. Aspirado medula ósea en un perro con adecuada representación de las líneas mieloide y eritroide y presencia de células plasmáticas.
En rojo línea mieloide (1-5) En amarillo línea eritroide (1-3)
1.-Mielocito 1.-Rubricito
2.-Metamielocito 2.-Metarrubricito
3.-Neutrófilo en banda
En verde
1.- Célula plasmática

Así con referencia a los hematíes hablamos de alteraciones cuantitativas, fundamentalmente anemias no regenerativas, alteraciones en el orden de maduración con presencia no justificada de estadios inmaduros nucleados. En el caso de los leucocitos, incrementos muy elevados o presencia de formas inmaduras, disminución mantenida, alteración en la morfología, con relación a las plaquetas alteraciones el número y morfología, asociación de diferentes citopenias, pancitopenias, fundamentalmente

Muchas de las alteraciones que observamos en sangre circulante tienen su origen en la médula ósea, con su consiguiente respuesta, aunque no todas las alteraciones de la médula ósea tienen reflejo en sangre, esto debe tenerse siempre en consideración y no por ello descartar su estudio.

Fig 3. Aspirado de médula ósea con diferentes estadios de maduración de la línea megacariocítica. Cuanto mayor volumen citoplasmático y mayor número de endomitosis, mayor es el grado de maduración. En este caso los megacariocitos superiores 1 y 2, muestran un estadio de maduración menor que el megacariocito localizado en la parte inferior, con un citoplasma de mayor tamaño, 3.

Como dato de interés el estudio de la población precursora de las diferentes líneas hematopoyéticas en tiempo presente, dará información en tiempo futuro de la evolución que tendrá esa misma línea después del tiempo específico de su maduración adecuada para salir a torrente circulatorio, y por tanto tener una idea de la evolución adecuada o no del proceso. Por tanto y como ejemplo, ante una neutropenia circulante si en el estudio medular observamos un número adecuado de células precursoras mieloides, podremos determinar que pasado el tiempo de demora de su maduración, de ellas derivarán neutrófilos, que saldrán a torrente circulatorio como neutrófilos adultos en cantidad adecuada, existiendo buena respuesta medular al tratamiento. En caso negativo deberíamos replantearnos el tratamiento o el diagnóstico.

Lecturas recomendadas

Atlas clínico de citología de la médula ósea del perro y el gato

Viadel Bau, Lamberto / Borràs Murcia, Daniel. Ed Temis medical (2007)

Atlas de color de citología del cáncer del perro y el gato.

Fournel-Fleury, C .; Magnol, JP ; Guelfi, JF. Ed: Conférence Nationale des Vétérinaires Spécialisés en Petits Animaux, 82 Avenue de Villers (1994)

Biopsia de médula ósea en el perro. Aguja de Jamshidi, aguja de Illinois. Enlace.

 

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A. ROMAIRONE DUARTE
Veterinario, PhD.