Herida complicada. Infección y esfacelación del tejido
En este sencillo pero interesante caso clínico, es posible comprobar como la paciencia, el trabajo constante, la alianza terapéutica propietario – veterinario, y la maravillosa recuperación de los animales pueden terminar en una vuelta completa a la normalidad.
Fueron 8 semanas de trabajo, hasta la reparación total del defecto, que comenzaron con el fracaso del intento de limpieza de la herida en la primera consulta.
Se procedió como en todas las heridas por mordeduras, sedación, limpieza en profundidad hasta el sangrado, lavado a presión con abundante suero fisiológico, se colocan drenajes de Penrose, antibioterapia (amoxicilina – clavulánico), pero la extensión, la pérdida de vascularización y la infección de la herida, condujeron a una esfacelación del tejido en 48 horas.


Campo abonado para una pérdida extensa de tejido y comienzo de una cicatrización por segunda intención.
Sedamos al paciente, y eliminamos todo tejido necrótico hasta la transición con tejido sano. Se procede al lavado con agua abundante (dejamos el suero fisiológico para extensiones menores) y raspado con cepillo quirúrgico con clorhexidina.


Existen autores que recomiendan no utilizar agua del grifo debido a la citotoxicidad que ejerce sobre las células de reparación de las heridas. Respetamos este precepto siempre que no sean heridas muy contaminadas o con abundantes restos necróticos y detritus, donde se aprovecha el barrido del agua a presión. Una vez lograda la disminución de la carga bacteriana, y en presencia de neocapilares del tejido de granulación, siempre se debe utilizar suero fisiológico estéril para la limpieza de heridas.
Por último, se decide enseñar al propietario como “pincelar” con miel unas 4 – 5 veces al día, ya que no es posible vendar la zona.
IMPORTANTE: solo se utilizaron antibióticos los primeros 7 días, de los 60 que duró el proceso de reparación de la herida.



