XEROMICTERIA. NARIZ SECA
La sequedad de la nariz constituye un signo clínico contundente en muchos casos de desórdenes metabólicos o neurológicos en la práctica clínica de animales de compañía.
Es necesario descartar todas las posibles causas que producen esta alteración, antes de considerarlo una simple modificación de la mucosa nasal, o una reacción de la piel ante estímulos repetidos o simplemente atribuirlo a la edad. Restarle importancia a este signo clínico, afirmando que es un proceso “normal en perros viejos” puede conducir a errores diagnósticos y agravamiento de enfermedades subyacentes.
La hiperqueratosis nasal suele ser motivo de preocupación y consulta por parte de los propietarios. En muchos casos, debemos rendirnos a la evidencia, y solo es posible asociarlo a la edad, pero deben investigarse otras causas, como por ejemplo, alteraciones en las hormonas tiroideas (hipotiroidismo canino), y también a posibles causas de neuropatías como parálisis del n.facial (VII par) ó lesiones del n. trigémino (V par).

Puede presentarse en forma unilateral o bilateral y estar asociado a secreción mucopurulenta.
El origen del proceso se encuentra en una insuficiente o nula inervación parasimpática (hiperqueratosis nasal parasimpatica) de las glándulas serosas de la trufa, mediadas por el nervio facial.

El estímulo aferente para la secreción nasal está mediado por el V par (nervio trigémino).
La neuropatía del nervio facial inducida por hipotiroidismo ilustra este caso clínico y es una causa muy frecuente de xeromicteria en el perro.


Diagnóstico diferencial: moquillo canino, leishmaniasis, pénfigo, dermatosis sensible al zinc, LES, paraqueratosis nasal.