La hemorragia corneal canina es:
La hemorragia corneal canina aparece en forma espontánea, como un área de sangre libre, focal, bien delimitada, que infiltra el estroma corneal. Normalmente presenta un color rojo intenso que destaca mucho cuando el iris es de color claro. El epitelio usualmente está intacto, aunque dentro del diagnóstico rutinario, se debe descartar con tinciones adecuadas.
El curso de la hemorragia corneal canina es:
El tiempo de evolución de la hemorragia corneal canina es variable, dependiendo de su etiología y extensión, pudiendo abarcar períodos desde semanas a meses, llegando inclusive a evolucionar y desaparecer en pocos días.
Señala dos signos clínicos que podrían estar asociados al proceso
La mayoría de los signos clínicos que se pueden asociar a la hemorragia corneal canina, estarían relacionados, en la mayoría de los casos, con comorbilidades sistémicas que provoquen hipertensión o fragilidad capilar, como diabetes mellitus, hiperadrenocorticismo, hipotiroidismo, enfermedad renal primaria, y con menor frecuencia, procesos tumorales, sepsis, anemia hemolítica inmunomediada, trombocitopenia o enfermedades transmitidas por vectores.
Tacrolimus y ciclosporina podrían actuar como:
Actuar en forma preventiva sobre una superficie corneal con molestias, antes del diagnóstico de un proceso oftalmológico, o inclusive durante el proceso de diagnóstico de comorbilidades, requiere conocer el tipo de medicación utilizada, así como su mecanismo de acción y posibles efectos secundarios.