Quiste paraprostatico

Los quistes paraprostaticos en el perro, son formaciones quísticas, situadas en relación a la próstata pero que no forman parte del parénquima prostático.

Como características diferenciales, cabe destacar, que no se alteran por los cambios hormonales, no involucionan con la castración, ni aumentan de tamaño con la hipertrofia prostática benigna. Se presentan con mayor frecuencia en pacientes geriátricos y generalmente son asintomáticos.

Se originan en restos embrionarios de los conductos de Muller (conductos mullerianos) que quedan como remanentes después de la diferenciación sexual del macho.

En las imágenes de las radiografías que acompañan a esta entrada, se puede apreciar un quiste paraprostatico de grandes dimensiones situado en ventral de la zona lumbodorsal (marcado con una flecha), así como una marcada retención de materia fecal.

Esta paciente llegó a la consulta con serios problemas para defecar.

La palpación rectal indicaba una ocupación casi total de la cavidad pelviana por parte de una masa fluctuante a la presión, que en primera instancia se presupone como una lesión quística de la próstata.

La imagen ecográfica indica una ecogenicidad normal de la próstata y pone en evidencia una formación quística en craneal de la glándula. Confirma las características líquidas del contenido de la imagen que se aprecia en la radiografía , pero no aporta mayor información sobre la estructura que lo aloja.

Se decide realizar una laparotomía exploratoria con fines diagnósticos y resolutivos, encontrando en una primera exploración el gran quiste abdominal, pero la localización no indicaba que pudiera ser el origen de la dificultad para defecar.

Se avanza más en la exploración y se comprueba el buen estado de la próstata y la presencia de un saco con líquido a presión que ocupa casi por completo la parte posterior de la cavidad pelviana. Esta imagen no se pudo apreciar en el primer examen ecográfico.

Este segundo saco también corresponde a un quiste paraprostatico, pero localizado dentro de la cavidad pelviana, y a diferencia del primero, éste debe ser drenado y extirpado debido a los serios problemas de obstrucción al paso de la material fecal que produce.

Los conductos de Muller dan origen, en la hembra, al útero, los oviductos y la porción craneal de la vagina. La secreción de una sustancia inhibidora de los conductos de Muller produce una regresión de esta estructura cuando el embrión se diferencia sexualmente a macho.

 

En la posición ventrodorsal es posible apreciar la ocupación de la parte caudal de la cavidad pelviana por una estructura de consistencia homogénea compatible con líquido.

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Adrián Romairone
Naci en Mar del Plata, República Argentina, el 13 de julio de 1962. Desde el año 1988 vivo en España. Tengo tres grandes aficiones: leer, la fotografía y salir al campo. Me interesa mucho todo lo que esté relacionado con el origen del perro. Me preocupa el cambio climático.