La tomografía axial computarizada o TAC (lo correcto sería decir la TAC y no el TAC, aunque el uso haya ratificado este último). Es una prueba de imagen que se basa en la obtención de múltiples radiografías seriadas que luego son integradas por un ordenador. A diferencia de la resonancia nuclear magnética o RNM, el TAC utiliza radiación.
Ambos sirven al objetivo de diagnosticar, y aunque pueden ser complementarios, por lo general se utilizan con distintos objetivos: el TAC para diagnóstico, seguimiento y extensión de tumores y metástasis, tórax y zonas óseas y la RNM para tejidos blandos, especialmente ligamentos, meniscos, tejido nervioso como cerebro, médula espinal y raíces nerviosas. En ambos se puede utilizar medios de contraste para resaltar los tejidos y el aporte sanguíneo de los mismos. El TAC por lo general es mucho más rápido y menos ruidoso. En veterinaria ambos necesitan anestesia o sedación profunda. En problemas de columna, hernias discales, parálisis de las extremidades, se suele elegir la RNM. En oncología se prefiere el TAC.