Úlceras vasculares en veterinaria
A diferencia de lo que ocurre en las úlceras vasculares en medicina humana (úlceras vasculares, úlceras arteriales y úlceras metabólicas), la mayor parte de este tipo de lesiones en medicina veterinaria suele estar asociado a eventos traumáticos agudos, más que a problemas de tipo crónico, igualmente, en el caso de heridas sin tendencia a la cicatrización (úlceras de cualquier tipo y localización) siempre se deben valorar en el conjunto del paciente, descartando todos aquellos procesos que pudieran estar en el origen de la cronicidad de la herida (leishmaniasis, diabetes, hiperadrenocorticismo, etc).
En este caso, la lesión de la base de las almohadillas se ha originado por la interrupción del riego arterial y el retorno venoso (también linfático por extensión) debido al estrangulamiento accidental de la extremidad con un alambre. Las úlceras resultantes en este caso se podrían definir como úlceras mixtas debido a la implicación de todos los componentes que normalmente podrían intervenir por separado.
El edema resultante tambien contribuye a la disminución de la perfusión cutánea, sumando un efecto nocivo más para la extremidad.
Los bordes de ambas heridas se definen como regulares (úlceras arteriales o isquémicas), con el centro socavado y con tendencia a la cicatrización (úlceras venosas) con algún resto de necrosis epitelial (común a ambas) y la piel circundante con características de eritema, edema y exudación en la zona abierta que se correspondería mucho más con las úlceras venosas y linfáticas.
En los casos de isquemia accidental del miembro es posible apreciar algún grado de lesión cutánea que pudiera estar relacionado con el evento o accidente vascular.
En la práctica con fauna silvestre es bastante frecuente encontrar este tipo de lesiones, inclusive amputaciones de las extremidades debido a los lazos o cepos ilegales que se ponen en el campo para el control o captura de predadores. Es importante destacar que la utilización de lazos y cepos, aparte de ser una práctica despreciable es ilegal y debe ser denunciada.
El tratamiento de las lesiones isquémicas superficiales en veterinaria debe ir encaminado a corregir la causa y a devolver la extremidad o zona comprometida a su situación de irrigación y drenaje venoso – linfatico con la mayor celeridad posible.
La piel dañada se tratará en la forma habitual. Las úlceras normalmente se deben cicatrizar por segunda intención, o por tercera (primero granulación y luego cierre del defecto con sutura) si el defecto resultante es muy grande.
La utilización de vendajes debe ser cuidadosa, recordando no dejar un vendaje oclusivo más de 18 – 24 horas (si es posible entrenar al propietario para el cambio se deberían cambiar cada 12 horas), no utilizar esparadrapos de tela en forma circular (agravaríamos la isquemia), evitar ajustarlos más que a la presión necesaria para mantener el vendaje en la zona, vendar la extremidad desde distal de la lesión en una extensión que abarque dos o tres veces el tamaño y la zona de la lesión (los vendajes de pequeña extensión promueven la inflamación distal a la lesión agravando aún más el cuadro). Los vendajes en la zona distal siempre deben incluir los dedos, y para ello es importante el almohadillado de los vendajes (vendaje tipo Robert Jones).
MRV, ARD