OSTEOSARCOMA CANINO

La importancia de la imagen radiográfica

Una radiografía puede aportar mucha información a un diagnóstico, llegando a afirmar inclusive, que la mayor parte de las enfermedades que se diagnostican en la clínica diaria, necesitan de este método complementario.

En la actualidad, es muy raro no tener acceso a este método de diagnóstico por imagen, ya sea en el propio centro o pudiendo derivar a uno más especializado.

Sin duda las patologías ortopédicas son un buen ejemplo y sobre todo cuando es necesario descartar la sospecha de un tumor óseo habitual como es el osteosarcoma (OSA).

Una imagen con destrucción ósea de esta magnitud no debería plantear ningún tipo de duda, aunque como máxima irrenunciable debamos proceder SIEMPRE a la punción y/o biopsia con el fin de adelantar un diagnóstico (citología) y confirmarlo a través del estudio histopatológico (biopsia).

Cambios radiográficos en el hueso neoplásico

Esta radiografía de ambos húmeros (realizada con valores de tórax [alto KV/bajo Mas]), son de un Golden macho, castrado de 9 años, diagnosticado y tratado de hipotiroidismo canino, con parálisis facial unilateral, xeromicteria, empezó con cojeras que no respondían al tratamiento con AINES y sí lo hacían en forma parcial cuando se sumaba tramadol al tratamiento. Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando pudimos apreciar una imagen de rarefacción ósea sin definir etiología en toda la extensión del húmero que tenía mayor dolor y cojera, y en el miembro contralateral una imagen quística, como excavada en el húmero, con una lisis incipiente de la cortical, pero sin un gran compromiso inflamatorio del tejido blando adyacente. La imagen sin duda alguna es sugestiva de OSA (aunque sin otros signos radiográficos relativamente constantes), pero no fue posible confirmarlo por múltiples punciones y tinciones de la zona (valor diagnóstico de la biopsia sobre la citología) , que fue lo máximo que nos permitieron hacer unos propietarios muy afectados por la decadencia de su mascota. Resultado final: eutanasia humanitaria.

LA IMPORTANCIA DEL DIAGNOSTICO DIFERENCIAL. Por último, recordar que debemos someter SIEMPRE a un diagnóstico diferencial a todos los casos clínicos por muy evidente que sea la patología en cuestión. Para reforzar este argumento, os dejo dos imágenes que en la exploración clinica respondían a un diagnóstico inicial (presuntivo) de “tumefacción grave de la extremidad compatible con OSA”.

Ambos casos, por raza, localización de la lesión (húmero proximal y radio distal), progresión de la lesión y expectativas clínicas (cuidado con este punto…), parecían concluir en un diagnóstico final de osteosarcoma canino (OSA). La imagen radiográfica inicial permite descartar la implicación del hueso y obliga a desviar el diagnóstico a PAAF/biopsia concluyendo en diagnóstico final de: mastocitoma canino. (lo de la raza fue omitido en forma premeditada hasta ahora para evitar la tentación de relacionarlo directamente con el resultado final: raza denominada como “grande” era finalmente –> BOXER, como no!)

BIBLIOGRAFÍA SUGERIDA