Cuando una vena se resiste…
Método practico que nos permite acceder a una vena superficial, cuando por razones como el tamaño del paciente, deshidratación o hipotensión severa, se nos plantea la dificultad de introducir un catéter.
En este caso, una premedicación con efecto hipotensor (medetomidina), produjo como resultado varios intentos de acceso sin éxito.
Metodología
Con una limpieza superficial con alcohol, que a la vez nos sirve separar los pelos, si nuestro paciente es de pelo largo y abundante, procedemos a localizar la zona de trayecto de la vena. Si es posible, se debe ingurgitar la vena para facilitar la localización, y una vez logrado este objetivo, se realiza un corte usando la parte cortante (filo) de una aguja 18 G (color rosa) dando pequeños toques deslizantes con una suave presión sobre la piel.

Una vez visualizado el tejido subcutáneo y antes de seguir aumentando la longitud del corte se intenta localizar el trayecto de la vena con el fin de no pincharla o cortarla. Una vez visto el trayecto, se desplaza lateralmente el corte y se sigue profundizando y se aumenta la longitud del corte hasta los 3 – 4 cms.

Al soltar la piel, la vena se debe situar en el centro del corte, lo que nos debe permitir la introducción del catéter. Se puede hidratar la zona del corte con unas gotas de suero fisiológico antes de manipularla para situar el catéter.

Una vez finalizado el objetivo de la colocación del catéter intravenoso, se puede cerrar el defecto creado con un par de puntos, aunque muchas veces con un pequeño vendaje que favorezca el contacto de los labios de la herida es suficiente para que la misma cierre sin dificultad.