Johann Friedrich Horner, oftalmólogo suizo, describió en 1869 el caso de una mujer con cefalea, ptosis, miosis y eritema facial derecho. Atribuyó estos signos clínicos al daño de la vía simpática cervical. En el año 1852, Claude Bernard había descripto el síndrome en animales. Desde entonces, el síndrome se conoce con el nombre en conjunto de los dos investigadores: Síndrome de Claude Bernard Horner.
Si existe un verdadero desafío diagnóstico en la clínica de animales de compañía, es el poder atribuir los signos del Síndrome de Horner a una patología específica, cuando este conjunto de signos clínicos no se puede asociar a un traumatismo o a una otitis diagnosticada.
Se caracteriza por miosis, ptosis, protrusión membrana nictitante y enoftalmia.
Elementos diferenciales para el diagnostico: neuropatías periféricas, otitis, traumatismo cervicales, tumores mediastínicos, avulsiones plexos nerviosos anteriores, mielopatías, causas idiopáticas, medicaciones simpaticomiméticas ó parasimpaticolíticas.