El diagnóstico del síndrome braquicefálico.

En braquicéfalos es muy común la presentación de esta enfermedad, que en realidad es un conjunto de síntomas debidos a la incapacidad de respirar correctamente. El paladar blando del bulldog francés o inglés, llega a extenderse más allá del borde de la epiglotis y tapona o semitapona durante la inspiración la entrada de aire a través del orificio laríngeo. El animal tiene que realizar mayor esfuerzo inspiratorio, con el tiempo los pilares de la laringe se hipertrofian por el esfuerzo, aumentan su tamaño y contribuyen también disminuir la entrada del aire. El conjunto de esta sintomatología a nivel de la laringe se une a una posible oclusión congénita de los ollares, contribuyendo aún más a disminuir el flujo del aire. También se puede acompañar de: eversión de los ventrículos laríngeos, colapso laríngeo y estenosis y colapso traqueal, en casos muy graves o avanzados en el tiempo ( perros >2 años).

 

Los signos clínicos son: ronquidos muy intensos (asociados con el esfuerzo inspiratorio), fatiga e intolerancia al ejercicio por la escasa oxigenación, pérdida de peso o no aumento de peso asociada a vómitos debidos a la inflamación de la garganta. Muy característica es la disnea inspiratoria, donde externamente se ve como el animal ‘mete el abdomen en las costillas’, es decir, tiene el diafragma en contracción intensa realizando mucho esfuerzo para permitir una mayor entrada de aire en los pulmones.

El bulldog francés es la raza en la que se diagnostica de manera más habitual, tanto por la abundancia de este tipo de perro en la clínica como por su conformación característica y el hecho de seguir cruzando a ejemplares con historial de este síndrome y de morro cada vez más chato.

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En el diagnóstico deberemos centrarnos en los ollares y en el paladar, ya que nuestra apreciación condicionará la intervención quirúrgica. Los primeros se examinaran con el animal sin sedar, incidiendo con una luz en la zona para ver el grado de apertura de los mismos, de manera que si los ollares están estenosados y dificultan la entrada de aire se intervendrán junto con el paladar blando procediendo a su apertura. Para ver adecuadamente el paladar blando necesitamos sedar al animal, nos fijaremos en si la extensión de tejido blando tapona o no la laringe y en el estado de los cartílagos laríngeos.

El único tratamiento posible es la cirugía de resección del paladar blando acompañada o no de una resección de los ollares. La hipertrofia de los cartílagos laríngeos asociada a la oclusión de la laringe por el paladar blando no es reversible, el diagnóstico y la intervención quirúrgica temprana del síndrome braquicefálico está especialmente indicada. En caso de un estadio avanzado de la enfermedad, lo que generalmente significa en perros de más de dos años, hay que informar al dueño ante la posibilidad de que su animal siga presentando disnea inspiratoria e intolerancia al ejercicio tras la cirugía; no obstante, siempre en menos grado y sin tendencia a la degeneración progresiva.

 

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Adrián Romairone
Naci en Mar del Plata, República Argentina, el 13 de julio de 1962. Desde el año 1988 vivo en España. Tengo tres grandes aficiones: leer, la fotografía y salir al campo. Me interesa mucho todo lo que esté relacionado con el origen del perro. Me preocupa el cambio climático.