La relación veterinario – propietario

Lee también “Lo he visto en Internet…”

Parece una simplicidad, pero para entender esta relación, es necesario definir a sus partes: por un lado, un propietario con su mascota y por el otro, un veterinario.

El motivo en común: un problema con su mascota (enfermedad, dudas sobre nutrición, reproducción, o sencillamente un chequeo general de salud).


Del éxito de esta relación depende en muchos casos, el buen fin en la solución del problema de la mascota.


Cuando en una relación, una de las partes  lucha por la posición de jerarquía, por el solo hecho de considerarse naturalmente merecedor de ella, y deja de lado la razón que ha motivado la relación (en este caso el problema de la mascota) y las diferencias, pasan a ser más importantes que el análisis del problema, lógicamente surge la controversia.

Análisis de las dos situaciones equivocadas:

1. Propietario dominante. Un propietario que lucha por imponerse al criterio y los razonamientos del veterinario. Que no lo escucha, desautorizando continuamente todo tipo de planteamientos, y antepone “su experiencia” como propietario, como criador o como amante de los animales,  al intento infructuoso de establecer una comunicación por parte del veterinario. Todo intento de diagnóstico y de tratamiento transformado en un fracaso rotundo.

La seguridad que pretende demostrar nuestro adversario-propietario y sus contundentes diagnósticos previos, descartan una información muy importante (lo que nosotros no vemos en el momento de la consulta), transformando la anamnesis en un decálogo de sus interpretaciones y no en una necesaria descripción de lo que a su mascota le ocurre.

2. Veterinario dominante. Un veterinario que se sitúa en una posición de privilegio y considera a su interlocutor simplemente como el “propietario de su mascota”  y no como una parte imprescindible del flujo de información que permitirá desentrañar la madeja del problema que afecta al paciente, a su vez, la mascota, el único protagonista y principal elemento de atención en esta “alianza diagnóstica y terapéutica” contra la enfermedad.

Un veterinario que confiado en su experiencia clínica, ó en la cantidad de sus conocimientos, elabora un diagnóstico ipso facto, sin escuchar al propietario, quien amedrentado por la situación, no hace más que asentir y responder a lo que su interlocutor quiere escuchar. Resultado: fracaso diagnóstico, tratamientos no eficaces, cuadro clínico que se alarga y propietario que se larga

Conclusión. Sin duda, y en esto estaremos de acuerdo, que el mayor beneficio para una mascota enferma se consigue con una fluidez en la comunicación de dos personas en el mismo nivel. Una de las partes necesita una solución y no está capacitada para resolverla y la otra parte, con una formación específica puede aportar lo que la otra parte necesita. Así de simple y así de sencillo, tan simple y tan sencillo que muchas veces es difícil de lograr.

Si un propietario no entiende lo que queremos transmitirle, el error es nuestro. Debemos llegar a todas las formas posibles de entendimiento, sin recurrir a frases como “usted no está capacitado para entender”, “usted no es veterinario”, ó “yo no tengo paciencia para explicar tanto”. Nosotros somos universitarios y médicos, debemos tener paciencia, un idioma simple, claro y sobre todo comprensivo y piadoso en muchos casos. Somos depositarios de unos conocimientos universales (Universitario = Universitas = Universal) y por ello debemos ejercitar nuestro vocabulario y nuestras explicaciones para poder llegar a todo el mundo con nuestro discurso, que no es más que la transformación de nuestros conocimientos técnicos en un idioma comprensible.


La forma de comunicar, puede ser un bálsamo o un latigazo. De nuestra empatía y “ser médico” depende.


Veterinario igual propietario

Artículo anteriorHerida complicada por mordedura. Cicatrización con miel
Artículo siguienteOsteocondritis disecante. OCD
Naci en Mar del Plata, República Argentina, el 13 de julio de 1962. Desde el año 1988 vivo en España. Tengo tres grandes aficiones: leer, la fotografía y salir al campo. Me interesa mucho todo lo que esté relacionado con el origen del perro. Me preocupa el cambio climático.