Coprofagia en cachorros de perros

La coprofagia se define como la ingestión de heces. Sólo se considera normal en el caso de las hembras que ingieren las heces de sus cachorros pero la coprofagia es muy frecuente en los perros, especialmente en cachorros y también en determinadas razas donde se considera un trastorno del comportamiento alimenticio. La coprofagia puede estar provocada por problemas nutricionales, médicos o simplemente ser un problema comportamental de causa desconocida.

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La anamnesis es vital en estos casos, debe ser detallada y completa: edad, raza, sexo y estado reproductor, dieta del perro, desparasitaciones, enfermedades diagnosticadas si hubiera, tratamientos realizados, estilo de vida, problemas de ansiedad, fecha de inicio del problema, frecuencia de ingestión de heces, procedencia del animal, cambios del entorno, tipo de ingestión de heces si son propias o ajenas, relación con otros perros y manejo de los propietarios en cuanto al castigo, a las salidas, el afecto… La información aportada en la anamnesis se completará con una exploración general y una analítica sanguínea completa, en función de todos los datos obtenidos realizaremos el diagnóstico diferencial.

Las deficiencias vitamínico-minerales pueden cursar con ingestión de heces, sobre todo la deficiencia de tiamina. En cuánto a problemas médicos en perros consideraremos la insuficiencia pancreática excorina, el hiperadrenocorticismo, la diabetes mellitus, gastritis y cualquier problema de malabsorción intestinal causado generalmente por parásitos. Los factores comportamentales son los más difíciles de detectar e identificar y generalmente existen varios, son importantes trastornos del desarrollo que han desembocado en perros hiperactivos y extremadamente sensibles y, cómo no, los problemas de ansiedad como el caso de la ansiedad por separación o la obsesión con objetos inanimados. La batería de factores predisponentes a nivel comportamental y de manejo que pueden desembocar en coprofagia en cachorros son innumerables: estrés, falta de estimulación, hambre, competencia con congéneres, falta de castigo o mal uso del castigo, demandas de atención, aburrimiento y encierro, etc.

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El tratamiento médico será el adecuado a la patología diagnosticada si hubiera, además se desparasitará frente a coccidios y se pondrá una dieta de alta calidad en varias tomas para suplir carencias alimentarias, evitar hambre o consumo muy rápido del alimento. En cuanto al tratamiento comportamental, no existe consenso, los trastornos de ansiedad e hiperexcatibilidad pueden tratarse con neurolépticos y fluoxetina, en el primer y segundo caso respectivamente, pero éstos fármacos suelen convertirse en una ayuda a las terapias de manejo : impregnar las heces en sustancias desagradables al gusto como la pimienta, pulverizar al cachorro con una pistola de agua o realizar un ruido desagradable cuando se le pille ‘infraganti’, motivar al cachorro con ejercicio, juguetes, educación positiva y evitar focos de estrés.

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Adrián Romairone
Naci en Mar del Plata, República Argentina, el 13 de julio de 1962. Desde el año 1988 vivo en España. Tengo tres grandes aficiones: leer, la fotografía y salir al campo. Me interesa mucho todo lo que esté relacionado con el origen del perro. Me preocupa el cambio climático.